miércoles, 7 de octubre de 2009

Una pobre diabla

A veces la realidad da demasiado miedo. Es más fácil vivir soñando.
He llegado a los malditos 30 siendo tan soñadora como cuando era niña lo que pasa es que guardo esa parte de mí muy adentro y no permito que salga a la luz pública. Me obligo a parecer realista y a veces hasta demasiado aguafiestas cuando en realidad lo que hago es negarme a crecer hasta que cada una de mis esperanzas se hagan realidad.
Esto puede comportar algún que otro problema. Y si no que se lo pregunten a los que me soportan cada día.
Me acabo de leer un libro que me ha trastocado, en el buen sentido de la palabra, o quizá no.
He absorbido cada página, cada línea, cada palabra y me han hecho reconocer lo que realmente soy: una soñadora sin solución.
Cuando llevas eso muy dentro de ti, solo necesitas una pequeña ayuda para que la fiera se despierte y entonces puede ser complicarlo dominarla.
He suspirado por los rincones, he idealizado el amor, he deseado y envidiado…..y tengo que confesar que no me avergüenzo.
¿Qué hay de malo en tener esperanzas? ¿En creer que realmente hay algo que me pertenece y que aún no se que es? ¿En tener fe a algo tan fuerte?

He decidido no esconderme más. Voy a defenderme ante todo el mundo y voy a luchar por esa magia romántica y enfermiza a la vez.

No me escondo y reconozco que no va a ser fácil.
Tengan piedad de esta alma que no le ha tocado el mejor mundo para ser así.

¿Pero sabéis qué? Cuando leí la última frase de ese libro y lo cerré me planté al mundo con una sonrisa picarona y me sentí bien conmigo misma.

2 comentarios:

Pe dijo...

Yo soy una de ellas y debo decirlo, no puedo callarmelo, aunque puede que tenga razón o no....ya veremos....

La gata con botas dijo...

y yo otra de ellas!aunque de momento sin conocimiento de causa..

 

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