viernes, 28 de mayo de 2010

Shoping estrés

Decidí salir ayer en busca del vestido perfecto para la no-boda de hermana (única).
ME levanté con ganas suficientes y mucha ilusión de que mi meta podría estar resuelta para la hora de comer y entonces poderme sentar tranquila y disfrutar de un buen plato de pasta en uno de mis restaurantes preferidos. ¡Ilusa de mí!
Tomé un desayuno consistente porque sabía que enfrentarme al centenar de tiendas que me esperaban un sábado no era tarea fácil.
Quiero resaltar, antes de seguir, que el shoping, considerado deporte por muchas mujeres, no es lo mío. Supongo que si cada vez que intentara comprarme algo encontrara talla, que me quedaran las cosas bien a la primera o que no pareciese la mitad de veces un payaso, una fulana o una salchicha de Burgos, otro gallo cantaría.
Debe ser por eso que me limito a coleccionar zapatos. Es lo más sencillo para mí. O ropa igual o parecida en distintos colores, porque cuando encuentro algo con aprobado me lo llevo en varios colores.
Un vestido de boda con sus complementos (véase zapatos, bolso, joyería, etc…) tiene su riesgo.
Cuatro horas y media después de empujones, colas interminables, cambiadores con cortinas que no acaban de cerrar, dolor de pies…me rendía ante la derrota más obvia.
No tenía vestido pero me merecía mi plato de pasta. Así que derroche lo que tendría que haber sido mis últimas horas en un plato de tallarines a la salsa de salmón y almendras en la terraza del restaurante absorbiendo la vitamina E del sol. Disfrutando de todo sin sentirme culpable hasta que me llamó Marc.
No conozco mejor hombre para ir de compras. Y si tienes el placer de ser elegida para acompañarle en sesión de rebajas...seguro que vuelves a tu casa con un par de chollos prácticos y de buena calidad.
Así que cuando se enteró de mi derrota colgó el teléfono y se presentó ante mi mesa para arrastrarme de la mano a una boutique que, según él, tiene cosas preciosas y que no vas a ver en nadie más. Otro detalle es que lo tratan como si fuera el único cliente en el mundo, pero será porque la que lleva la tienda es una de sus ex.
Así que ahora me planto ante el espejo de mi habitación desordenada con un vestido de corte asimétrico, escote palabra de honor y de un color azul precioso con una tela que no dejaría nunca de tocar. No sé si es de mi estilo pero cuando mi amigo me lo vio puesto mando que lo envolvieran enseguida. Y confió en él.
Todo será cuestión de no pasar muchas más veces por el restaurante de pasta y prescindir del chocolate hasta la semana que viene.
A parte de eso…conseguido.

viernes, 21 de mayo de 2010

Últimas gotas

Una de las últimas botellas de buen vino que me quedaba en la despensa está ya en las últimas. Laura sirve las últimas tres copas. Bebemos sentados en la alfombra delante de la mesita del café repleta ahora de comida basura. ¡Cómo adoramos la comida basura en momentos de trascendencia vital!
Los miro reír y sé que pronto me alejaré de ellos por una temporada que quizás se me haga eterna. Estoy demasiado mal acostumbrada a tenerlos siempre ahí. Y sé que nada va a cambiar entre nosotros pero se me hace difícil pensar en ello.
Marc nos cuenta su última anécdota.
- Pues quise probar eso de ligar por internet y me metí en una de esas páginas para conocer gente.
- ¿Qué hiciste qué? –le pregunta Laura con la boca llena de pizza 4 estaciones.
- Calla, calla que la experiencia no fue muy buena. Resulta que te preguntan mil cosas para registrarte, supongo que para ofrecerte las personas más afines a ti. No se si podemos confiar mucho en esas técnicas.
Entre las 3 o 4 chicas que me dieron a elegir acabé chateando con una durante bastante rato. La verdad es que cuando me enseñó la foto no tuve muchas dudas. Y ataqué. Al final nos pusimos con la webcam.
- ¿Pero cómo era ella? –le pregunto analizando posibilidades y por pura curiosidad.
- Morena, de piel muy bronceada. Y creo que alta. Cuerpo atlético. Simpática. Muy simpática. Directa. Muy directa. Quizá a eso le di más puntuación de la necesaria. Pero si me iba a estar hablando con ella un buen rato la cuestión era divertirse. ¿No? Estuvimos contándonos la vida durante tres horas.
- ¡Tres horas! –gritamos las dos al unísono y casi atragantándonos con la comida.
- Sí. Tres horas que nos íbamos contando la vida mientras tonteábamos intercalando indirectas y palabras más subidas de tono. Hasta que ella me dijo que si quería ir a su casa.
- ¡Ah! –se me escapa un gritito. Aún no entiendo cómo puede sorprenderme cualquier cosa de las que Marc pueda contarme- ¿Y fuiste? ¡Es peligroso Marc!
- Bien, los planes se rompieron. Cuando yo estaba casi decidido a ponerme un pantalón para salir a la calle a las tres de la madrugada ella se me pone sincera y me dice que antes debe contarme un secretito. –Marc se queda callado y si no lo creyera imposible me parece que palidece un poco.
- ¡Marc! ¡Vamos! ¡Qué pasó? –le grita Laura.
- Pues que se me levantó la falda y me enseñó su gran secreto. Muy, muy grande.
- ¡No me lo puedo creer! –digo con la boca abierta mientras Laura no para de reírse tumbada completamente en el suelo- ¿Y qué haces en una situación así?
- ¿Pues qué quieres que haga? Me quede en blanco y recuerdo que grité algo así como “¡si la tienes más grande que yo!”.Evidentemente esa noche no salí, pero tengo una gran amistad con una medio chica maravillosa. Doy gracias que me lo dijera antes de que fuera demasiado tarde.

Cómo voy a echarlos de menos. Marc me ha prometido enviarme sus aventuras redactadas con pelos y señales cada semana.

jueves, 20 de mayo de 2010

Paso a paso

Supongo que la próxima vez que hablemos yo estaré recomenzando una nueva etapa, una nueva vida. He decidido marcarme una fecha límite, pero sin ningún objetivo fijo.
La fecha: después de la no-boda de mi hermana.
Me quedan 3 semanas. Tengo que hacer miles de cosas pero sobretodo hacerme a la idea. Hablaré con mi jefe, con los conocidos, con mi casero…la más complicada, que era mi madre, ya esté superada.
Como olvidar la cara que me puso cuando le conté mi idea. En cuestión de 5 segundos miró hacia otro lado y se me puso a hablar del tiempo y de la mermelada que había preparado esa mañana.
- ¿Mamá, has oído lo que te he dicho?
Supongo que no quería escuchar. Pero con la paciencia que he aprendido a acumular estos años y con dos horas de discusiones y conversaciones más tranquilas se dio por vencida y entendió que no había nada que hacer al respecto. Para su opinión irse así de repente dejando un trabajo fijo y un hogar es cosa de hippies impresentables y sin ningún tipo de responsabilidad que van a vivir la vida sin pensar en construir un futuro prometedor.
Quizá no le quite la razón de cuajo.
Bien, vamos por partes. Me voy corriendo a comprarme un vestido bonito que merezca la ocasión. Sólo tengo una hermana. Tengo que encontrar el regalo perfecto. Eso será más complicado ya que soy pésima para idear regalos en cualquier ocasión. Y por último ayudarla en algunos detalles que me ha pedido su ayuda mientras tramito mi camino al cambio.
Paso a paso y buena letra. Os mantengo informados.

martes, 11 de mayo de 2010

Sentimentalmente aburrida

- ¿Cómo que te vas? ¿A dónde? ¿Pero por qué? –me interroga Laia casi con lágrimas en los ojos.

Estoy bastante decidida a dar el paso. Llevo un tiempo pensándolo y creo que no es una idea tan descabellada.
Un tiempo fuera, una nueva lengua, nueva gente, comenzar de cero una nueva vida…quizá de mucho miedo pero también me excita saber el si soy capaz.
Y pensareis que quizás sea ya demasiado vieja para estas cosas, que eso de hace cuando una tiene 20 años. Pues yo os diré que nunca me he sentido tan capaz, animada ni necesitada para hacerlo como ahora.
Unos meses que me renueven el oxigeno y la mente y que hagan sentir de nuevo. Unos meses que me permitan quitarme de encima esta monotonía que me ahoga, este aburrimiento sentimental que me hace creer estar estancada sin rumbo.
Y si mi corazón no me traiciona, si no se echa atrás cuando se dé cuenta que deja atrás a sus mejores amigos y su hogar…en poco tiempo empezará mi aventura.

Intento contar-les todo esto a Marc i Laia que al final comprenden y me sonríen haciendo ya planes para cuando me vengan a ver.Mi madre no se lo tomará tan bien. Estoy segura
 

Con mis pies en el suelo | Creative Commons Attribution- Noncommercial License | Dandy Dandilion Designed by Simply Fabulous Blogger Templates