miércoles, 28 de octubre de 2009

De creer o no creer.

—Mira Laura que dice hoy mi horóscopo —le digo a mi amiga doblando bien el periódico y dando antes de leer otro sorbo de café— Ascenso en tu trabajo que provocará un aumento en tu economía y por fin podrás darte ese capricho que tanto quieres. Tu pareja esta semana te dejará bien claro como te ama con alguna sorpresa romántica.
—No se como te puedes creer esas cosas —me sermonea sin levantar los ojos de su revista “Mente y salud”.
—A partir de hoy ya no. Creo que los voy a denunciar por darme falsas esperanzas.
—Tú siempre crees en falsas esperanzas.

Cada uno cree en lo que puede. Hay gente que tiene una fe ciega en su dios, otros creen en la fuerza y en la energía, otros en el destino y las señales, en los ovnis, en los espíritus, en las constelaciones…y luego están en los que no creen en nada y encima alardean de ello.

Y entre todo ello está mi portero. Un hombre que cree en todo y en nada al mismo tiempo. Él simplemente se empecina en buscar las casualidades de la vida que el quiere pensar que son uniones intrínsecas del universo que significan algo más importante de lo que jamás lograremos comprender.
Cuando habla contigo te sonsaca información que acaba relacionando de un modo forzado con cualquier cosa que esté a su alrededor. Si le dices que tu signo del zodiaco es Libra, él te dirá que su tía es Libra y que mira que casualidad que su nombre empieza igual que el mío y que seguro que yo tengo mal la circulación como ella.
Si le dices que naciste un día 10 el te dirá que el nació el 15 que solo se diferencia por el numero cinco que multiplicado por dos son los años que nos llevamos. Y si le dices que tu madre nació en un pequeño pueblo del sur, el inocente te explica que su madre pasó por ese mismo pueblo exactamente 20 años justos después que naciera ella.
Otras veces me ha visto vestida de un color que el había pensado ponerse también por la mañana pero que cambió de opinión en el último momento para intentar crear un karma distinto. Se lee el horóscopo cada día antes de hacer los crucigramas. Va a misa los domingos. Hace yoga los miércoles y toma flores de Bach para la calma interior. De vez en cuando hace que le lean las cartas y le limpien la casa de malos espíritus. Si abres el paraguas antes de haber puesto el pie en la calle se santigua y te grita que no vuelva a hacerlo y cuando está barriendo el portal se te advierte que no pases cerca para que no te barra los pies.

—¿Y que pasa si me barres los pies , Andrés?
—Pues que no te casas y si estás casada no te quiere la suegra y si la suegra está muerta seguro que algo malo pasará.

Sí, seguro que algo malo o bueno entre que naces y mueres pasará.
Pero él es feliz con sus creencias y quizás le haga la vida más fácil, quizás esa sea su manera de pasar los días inciertos.
Yo he perdido mucho de todo (fe, creencias, inocencia) por el camino y a veces lo hecho en falta.

1 comentario:

milagros dijo...

Pues yo soy una insípida. No he creído nunca en nada que no viese u oyese, pero respeto a todas las personas que creen, bien porque así lo sienten o bien porque necesitan creer.
Un abrazo

 

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