Un año despues

Hace un año ya de eso.
Hace un año que mi mente indagaba el porque la salida estaba tan lejana y cuando me decidía en dar un nuevo paso con un zapato manchado de eso que huele a emoción y a reto y porque no, a un poco de locura irracional.

Y no voy a decir que me sienta diferente después de todo este tiempo, ni que he cambiado y que hora veo la vida de forma distinta. Todo eso sería decir gilipolleces e intento limitarlas al largo del día.
Simplemente escogí un camino que no estaba esfaltado que lleva al mismo sitio pero de forma distinta.
Si al escoger este he aprendido más o menos o si la experiencia me ha hecho mejor persona, se lo dejo al resto del mundo que es muy bueno poniendo etiquetas o juzgando al personal.
Lo único que puedo decir, después de 1 AÑO, es que el tiempo pasa volando (sí, que topicazo) y que no me arrepiento de no haber pensado friamente lo que iba a hacer.

Se conoce gente que vale la pena, y claro está, algunos de ellos pasajeros que ya nunca más se sabrá, pero que forman parte de un Facebook más internacional.
Y se echa de menos lo que se acostumbraba a tener, como el jamón o el gazpacho de mi madre.
Y se cae en el error de decir 1.000 veces que el hecho de ser de donde eres no implica tener que hacer siesta o llegar siempre tarde.
Se intenta hacer un poco de embajadora de tu pueblo sin mucha suerte porque al día siguiente no se acordarán. Y se sonríe hipocritamente una y otra vez cuando alguien te dice alguna palabra malsonante en tu idioma.
Y no, no me molesta la lluvia ni la luz más tenue aunque, evidentemente, tenga mis preferencias.

Y aunque creais que si no he escrito una sola palabra durante todo este tiempo es porque ahora mi vida es mucho mas interesante y estoy muy ocupada, siento decepcionaros. Es esa pereza que viva donde viva se niega a abandonarme.

Continuo trabajando para vivir, en ingles pero lo hago. Y de vez en cuando sigo bebiendo para olvidar, con pintas, pero lo hago. Y aveces me quejo de lo caro que está todo aunque haya cambiado de moneda, y maldigo al nuvarrón negro que hace una semana que habita en el cielo de esta isla y que no nos deja ver el sol. Y aprendo chistes sobre la reina e invito a gente a tortilla de patatas como si fuera algo espectacular.

Pero, francamente, me gusta estar donde estoy.